Son
incontables las veces que nos han cuestionado sobre nuestra religión. Es hora
de que tomemos consciencia y fundamentos sólidos para no permitir más, que nos
cataloguen de religiosos.
Existe una
gran diferencia entre religión y fe cristiana. Hemos de plasmar en este
artículo, algunas generalidades, que confirman una vez más, lo que realmente es
el evangelio y nos harán pensar sobre el abismo que sucumbe entre ambos
conceptos, religión y fe.
La religión
de una manera u otra esta sustentada en normas, en leyes, en los principios
religiosos que la conforman.
El
cristianismo genuino y verdadero se ha de sustentar sólo en la fe y por la fe.
La religión
insiste en esfuerzos de las relaciones sociales, basado en ritos, ceremonias y
actividades religiosas.
El
cristianismo sostiene y debe predicar que la primera relación que debe cultivar
el creyente, es la relación con Dios, a través de su Hijo, Jesucristo. Sólo
creciendo en la relación personal con Dios, podrían mejorar las relaciones
sociales fuera y dentro de la comunidad del creyente.
La religión
ha de medir el crecimiento de quienes la profesan en base a los conocimientos
de las normas, de los ritos, y de la frecuencia de las participaciones en las
actividades programadas.
La fe
cristiana genuina y verdadera ha de considerar que el crecimiento de aquellos
quienes la profesan no está basado en los conocimientos, en los cumplimientos
de ritos y ceremonias, o en el número de experiencias religiosas vividas. ¡No!
La fe
cristiana sostiene que el sincero crecimiento del creyente se basa en la manera
que haya llegado a desarrollar una relación personal con Dios, a través de
Jesucristo. En la medida que la gracia, el amor y el perdón de Dios hayan
penetrado el corazón y la mente del creyente, entonces es, que se puede avanzar
a niveles superiores de santidad y de sanidad interior del alma.
La religión
se esfuerza en vano, en la transformación del carácter del individuo. Y trata
de poner en la mente de quienes profesan una serie de nuevos conceptos e ideas,
es como una nueva moralidad mental.
La fe
cristiana, propone al individuo una transformación del corazón. Los
sentimientos más profundos, los anhelos más ardientes, los dolores y las llagas
más dolorosas, la falta de perdón, la culpabilidad, y entre otras son las que
deben ser transformadas por Dios. Es esta, la única manera en que se podrá
caminar hacia una relación más sincera y transparente con el creador. La única
forma de ser verdaderamente más cristianos es dejar que Dios, cada vez más,
moldee el corazon.
Dame, hijo
mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos. (Proverbios 23:26)
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